Encuentro en Ercilla: Celebración de Cristo Rey en Comunidad

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ERCILLA.- En una mañana que despertó con un sol radiante, los habitantes de Ercilla se congregaron en la  Plaza de Armas para vivir una celebración especial: la fiesta de Cristo Rey.

El domingo 26 de noviembre, quedará marcado en la memoria de la comunidad  católica ercillana  como un día de encuentro, adoración y renovación espiritual.

La jornada comenzó con un momento de recogimiento y conexión espiritual, con la Adoración y procesión del Santísimo Sacramento. Los fieles en un gesto de unidad, caminaron posteriormente  hasta el Templo Parroquial, llevando consigo la solemnidad del acto.  

El punto culminante de la procesión fue la entrada al Templo, donde la comunidad continuó expresando su fervor espiritual al rezar la Coronilla de la Divina Misericordia. Este acto de devoción se convirtió en una manifestación colectiva de fe, un recordatorio de los valores que sostienen la esencia de la comunidad de Ercilla.

La celebración alcanzó su apogeo con la Santa Misa, donde los fieles reunidos compartieron momentos de reflexión y adoración. En un mundo marcado por el bullicio y el ritmo acelerado, la comunidad de Ercilla optó por detenerse, por un momento, para centrarse en la espiritualidad y el culto a Cristo Rey.

«Quisimos celebrar de esta forma la fiesta de Cristo Rey para comenzar a revivir en nosotros el espíritu del silencio, de contemplación y adoración que hemos ido perdiendo en medio del bullicio y del ritmo vertiginoso de nuestra sociedad», expresó uno de los participantes. La intención detrás de esta celebración era clara: reconectar con el sentido más profundo de la fe, recordando la importancia de la caridad y la misericordia en la vida diaria.

Así concluyó la festividad, con un vibrante ¡Viva Cristo Rey! , dejando en los corazones de la comunidad de Ercilla un renovado sentido de pertenencia y espiritualidad. En un gesto unánime, la comunidad se dispuso a llevar consigo el espíritu de este día especial para recordar, en el trajín de la vida cotidiana, la importancia de la fe y la adoración en comunidad.

 Ceremonia presidida por el párroco sacerdote Juan Antonio González.-