PERSONAS EN SITUACIÓN DE CALLE

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Escribe Mario Grandón Castro

La vida  de las personas en situación de calle es un tema que merece una atención constante y urgente, especialmente cuando se acercan los meses de invierno. En la región de La Araucanía, donde se estima que casi 300 personas viven en estas condiciones, y en Collipulli, con cerca de 30 individuos enfrentando esta realidad, es crucial que las autoridades y la sociedad en su conjunto se comprometan a abordar este drama humano.

Entre las personas sin hogar, encontramos una diversidad de historias y circunstancias que los han llevado a esta situación vulnerable. Muchos de ellos son adultos mayores, quienes han sido particularmente afectados por la falta de recursos y apoyo social. Otros, más jóvenes, se ven atrapados en una espiral de adicciones a sustancias como el alcohol y las drogas, lo que agrava aún más su situación.

El invierno en La Araucanía y en todo Chile puede ser implacable, con temperaturas extremadamente frías y condiciones climáticas adversas. Para aquellos que ya enfrentan la dura realidad de vivir en la calle, estas condiciones pueden ser mortales.

Es esencial que las autoridades locales y nacionales, junto con las organizaciones no gubernamentales y la comunidad en general, se unan para ofrecer soluciones a mediano  plazo a este problema. Esto implica proporcionar refugio seguro y cálido, servicios de atención médica y mental, programas de rehabilitación para tratar las adicciones, oportunidades de empleo y vivienda asequible.

Sin embargo, más allá de las políticas y programas gubernamentales, se necesita un cambio cultural y una mayor empatía hacia las personas en situación de calle. La estigmatización y el desprecio hacia ellos solo perpetúan su marginalización y sufrimiento.

Todos somos responsables de construir una sociedad más inclusiva y compasiva, donde cada individuo tenga la oportunidad de vivir con dignidad y respeto.

En este momento crítico, es crucial recordar que estas personas son nuestros conciudadanos y merecen toda nuestra atención y apoyo. La llegada del invierno solo subraya la urgencia de actuar con compasión y solidaridad hacia quienes más lo necesitan.

 Una tarea que nos debe comprometer a todos.-