Escribe Mario Grandón Castro
El reciente sistema frontal que azotó nuestra región y a gran parte del país, ha dejado a muchas comunidades, entre ellas Collipulli, sin el servicio de energía eléctrica. A seis días de la tormenta, la situación sigue siendo crítica, y muchas familias residentes, aún no ven soluciones tangibles, especialmente en sectores rurales, donde se ha perdido la cadena de frio en los alimentos que estas familias guardan para la semana o mes, pero también crea la falta de agua potable, puesto que los sistemas de Agua Potable Rural, a falta de electricidad quedan sin prestar el suministro.- Esta crisis pone de manifiesto las graves falencias en la gestión y respuesta por parte de las empresas distribuidoras de electricidad, así como la imperiosa necesidad de medidas drásticas por parte del gobierno para abordar esta situación.
Las empresas distribuidoras han fallado en cumplir con su deber de restablecer el servicio de manera oportuna y eficiente.
En una era donde la energía eléctrica es vital para la vida diaria y el desarrollo económico, es inaceptable que, tras casi una semana, muchos hogares y negocios sigan a oscuras. La falta de energía no solo afecta la comodidad y la seguridad de las personas, sino que también genera pérdidas económicas significativas y pone en riesgo la salud de los más vulnerables, en especial de las personas que son electrodependientes y otros que deben mantener bajo frío medicamentos.
El gobierno debe adoptar medidas urgentes y contundentes para garantizar que estas empresas cumplan con sus responsabilidades. Es fundamental que se establezcan compensaciones justas para todos los afectados, sin excepción. Las personas que han sufrido estos cortes de energía no deben esperar más para recibir una respuesta adecuada. Las compensaciones deben llegar ahora, cuando la crisis está en su apogeo y las necesidades son más urgentes, no en un futuro distante cuando el problema haya sido olvidado por la burocracia.
Es crucial que las autoridades exijan a las empresas distribuidoras no solo soluciones inmediatas, sino también planes de contingencia sólidos para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro. La infraestructura debe ser reforzada y las estrategias de respuesta mejoradas para garantizar la resiliencia ante fenómenos climáticos adversos.
En resumen, la actual crisis energética en el país, en Collipulli y otras comunidades de la región es un llamado a la acción para el gobierno nacional, para los gobiernos regionales y también para los gobiernos comunales que deben exigir trabajos inmediatos y no solo amenazas de querellas contra las empresas distribuidoras.
Cuando se ha anunciado hace algunas semanas alza de las tarifas eléctricas, la falta de soluciones rápidas y efectivas es inaceptable, y las compensaciones deben ser una prioridad inmediata. La gente no puede esperar más; es hora de actuar con decisión y responsabilidad para restablecer la normalidad y garantizar que todos los ciudadanos reciban el trato justo y digno que merecen, no solo en ciudades, sino que también en el campo, donde se forja y fragua la producción.-