El entusiasmo fue total: la gente estaba fascinada, motivada por aprender y crear. Más allá del oficio, las artesanas pusieron especial énfasis en lo que significa transmitir la riqueza cultural que hay detrás de cada figura, transformando cada pieza en un relato vivo del pueblo mapuche.
El rol de CMPC no solo ha constado de capacitaciones, sino también con una profunda investigación sobre el arte alfarero mapuche, que permitió a las artesanas comprender y recuperar el simbolismo oculto en sus piezas, conectándolas con la cultura Pitrén y su cosmovisión. Así, cada metawe (vasija) y rali (plato ceremonial) habla hoy no solo de utilidad, sino de protección, fertilidad y abundancia.