DIA DE LA SOLIDARIDAD

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El Día de la Solidaridad, celebrado cada 18 de agosto, es un recordatorio del legado de un hombre que dedicó su vida a la justicia social y al bienestar de los más vulnerables: el Padre Alberto Hurtado Cruchaga. Este día no solo marca el aniversario de su fallecimiento en 1952, sino que también nos invita a reflexionar sobre el verdadero significado de la solidaridad en nuestras vidas y en la sociedad.

Ser solidario no es simplemente un acto de ayuda momentánea o un gesto de compasión ante una desgracia. La solidaridad, como la entendía el Padre Hurtado, es un compromiso profundo y constante con la transformación de la sociedad, comenzando por aquellos que menos tienen y menos pueden. Es una llamada a la acción, no solo para aliviar el sufrimiento inmediato, sino para luchar por un mundo más justo, donde la dignidad de cada persona sea reconocida y respetada.

En un mundo donde las desigualdades son cada vez más evidentes, el ejemplo del Padre Hurtado resuena con fuerza. Él no solo se conformó con dar limosna o asistir a los pobres, sino que dedicó su vida a luchar por ellos, a crear oportunidades y a construir una sociedad más equitativa. Su vida fue un testimonio viviente de lo que significa ser verdaderamente solidario: no es suficiente dar lo que nos sobra, sino que debemos dar de nosotros mismos, comprometernos con la causa de la justicia y hacer de la solidaridad una forma de vida.

En este Día de la Solidaridad, recordemos que cada uno de nosotros tiene el poder de marcar la diferencia. No importa cuán grande o pequeña sea nuestra contribución; lo importante es que sea constante y esté orientada a transformar la realidad de quienes más lo necesitan. Sigamos el ejemplo del Padre Hurtado y hagamos de la solidaridad un pilar fundamental en nuestra lucha por una sociedad más justa y humana. (Mario Grandón C.)