ERCILLA.- Ayer domingo 1 de octubre, marcó el inicio de un evento significativo en la vida de la comunidad eclesial de Ercilla, ya que se dio inicio a la celebración del Nonagésimo (90) aniversario de la parroquia San Judas Tadeo. Esta fecha especial fue conmemorada con un acto que honró a un grupo crucial de miembros de la comunidad: los visitadores que contribuyen al 1% de nuestra parroquia.
El Padre Juan Antonio González, líder espiritual de la parroquia, presidió la ceremonia y aprovechó la ocasión para expresar su profundo agradecimiento por el trabajo incansable y devoto que realizan estos visitadores. En sus palabras, el Padre Juan Antonio enfatizó que esta labor, aunque llena de alegrías, también está acompañada de desafíos y dificultades. Sin embargo, resaltó que estos fieles hermanos y hermanas de la comunidad continúan brindando su valioso servicio por su amor a Cristo y a la Iglesia.
Los visitadores honrados por su servicio en la ciudad de Ercilla son: Jessica Escobar, Faumelisa Cea, Verónica Godoy, Claudio Seitz y Jeraldo Padilla. Cada uno de ellos ha desempeñado un papel fundamental en el fortalecimiento de la comunidad y en el cumplimiento de la misión de la parroquia a lo largo de los años.
Este evento no solo sirvió para celebrar el servicio abnegado de estos visitadores, sino que también recordó a todos los miembros de la comunidad la importancia de contribuir al sostenimiento material de la Iglesia. El Padre Juan Antonio hizo un llamado a todos los presentes y a la comunidad en general para que den el 1% de sus ingresos a la parroquia, ya que todos comparten la responsabilidad de mantener las instalaciones y los recursos necesarios para continuar con la obra de Dios en la comunidad ercillana.
En este día especial, indicó el sacerdote, damos gracias a Dios por el testimonio de fe y servicio de los visitadores de la parroquia y renovamos nuestro compromiso de apoyar la obra de la Iglesia en todos los aspectos, tanto espirituales como materiales.
La celebración de los 90 años de la parroquia es un recordatorio de que, como comunidad, estamos unidos en nuestra fe y en nuestra responsabilidad de mantener viva la llama de la fe para las generaciones futuras. Que esta celebración sea el comienzo de un nuevo capítulo lleno de gracia y bendiciones para nuestra parroquia, indicó el sacerdote celebrante.-