Las lluvias que cayeron en las últimas horas no solo empaparon calles y veredas: también dejaron al desnudo una preocupante realidad que afecta directamente la calidad de vida urbana. Sumideros de aguas lluvia completamente tapados con basura, tierra y hojas; otros sin tapas, rotos o simplemente destruidos, convertidos en trampas para peatones y vehículos. La escena se repite en diversas intersecciones, donde el agua acumulada formó verdaderas lagunas, dificultando la circulación de automóviles y haciendo casi imposible el cruce de una vereda a otra para los transeúntes.
Las imágenes eran elocuentes: personas saltando charcos, buscando con cuidado dónde pisar para evitar resbalones o accidentes; autos que debían frenar bruscamente o desviarse para no caer en pozos ocultos bajo el agua. En sectores más transitados, la situación fue aún más crítica, generando congestión y molestia entre conductores y peatones por igual.Caso del centro de la ciudad.-
Consultada sobre esta situación, la empresa Aguas Araucanía fue clara: la mantención de los sumideros de aguas lluvia no es de su competencia. Desde la compañía se indicó que esta labor corresponde directamente a la Municipalidad, a través de su Dirección de Obras o departamento correspondiente. Sin embargo, el abandono en el que se encuentran estos sistemas de drenaje habla de una alarmante falta de fiscalización, planificación y mantenimiento preventivo por parte del municipio.
Mientras tanto, los vecinos deben lidiar con los efectos de esta negligencia cada vez que llueve. Algunos, incluso, temen que con precipitaciones más intensas puedan producirse anegamientos de viviendas o daños mayores en la infraestructura vial.
La pregunta que queda flotando, junto con el agua estancada en las calles, es una sola: ¿habrá que esperar una emergencia mayor para que las autoridades reaccionen?.-
