La siguiente nota que escribo da cuenta de una crónica que destila el fervor cívico de un ciudadano comprometido en todos los ámbitos con la comunidad… y más que nada invita a reflexionar sobre la trascendencia de las próximas elecciones locales, en un momento en que hoy son muchos quienes se vislumbran como posibles candidatos.-
Las palabras resonantes y que de verdad se comentan en círculos comunitarios dicen: «Autoridades Preparadas», con educación y que se note, lo que sin duda encierra un llamado a la responsabilidad colectiva y la exigencia de calidad en la gestión pública.
En la encrucijada de la democracia, el acto de votar no solo es un derecho, sino también un deber moral que define el rumbo de nuestras comunidades.
Nos situamos en el contexto específico de Collipulli, una ciudad que ansía integrarse al progreso sin perder su identidad. Desde la primera línea, se nos recuerda que el sufragio universal es el instrumento que nos permite forjar el destino de nuestras localidades. La fecha de octubre, domingo 27, marcada en el calendario, representa una oportunidad invaluable para elegir a aquellos que dirigirán los destinos de la comuna: alcalde y concejales.
La premisa subyacente es clara: en este proceso de selección, no debemos conformarnos con mediocridades. La excelencia en el liderazgo es una exigencia ineludible. Se insta a buscar a aquellos hombres y mujeres preparados, que abrazan la política como un servicio a la comunidad y no como un medio para satisfacer ambiciones personales. La visión de futuro, el compromiso con la educación, la salud, el cuidado y apoyo a los adultos mayores, a los niños, el empleo digno y el bienestar general son los pilares sobre los cuales se erige esta búsqueda incansable de líderes íntegros.
La responsabilidad que implica elegir a nuestras autoridades no se limita a una mera formalidad. Es un acto de profundo significado ético. El llamado es a seleccionar a aquellos que no solo están calificados en términos profesionales, sino que también poseen una moral intachable. La transparencia, la idoneidad y la honestidad se erigen como los atributos no negociables en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
En el trasfondo de este comentario resuena un ideal de igualdad humana. Se nos recuerda que, más allá de los títulos y los cargos, todos somos iguales. La búsqueda de poder por el poder mismo es condenada como una traición a los valores fundamentales de la humanidad.
En resumen, el llamado a la acción es claro y contundente: en octubre, en las urnas, debemos ejercer nuestro poder con discernimiento y responsabilidad. Muchos dirán que aún faltan varios meses en ese accionar, sin embargo las campañas ya se están dando.- Solo así podremos asegurar que nuestras comunidades avancen hacia un futuro prometedor, guiadas por manos hábiles y corazones íntegros.
Sin duda alguna, los elegidos deben ser hombres y mujeres que se preocupen del bienestar de todos, sin miramientos, para que no ocurra, aquello que dice: de que se trata, para oponerme…o con total desconocimiento de lo que significa un cargo de representación popular… yo apoyo o apruebo, total la dieta que gano me la pagan igual…en las próximas elecciones de octubre elijamos a los mejores lideres.-